Moisés y la serpiente de bronce

La historia de Moisés y la serpiente de bronce cuenta cómo el pueblo de Israel habló contra Dios y su profeta, cuando caminando hacia la Tierra Prometida se desanimaron por el cansancio y la falta de comida. El Señor envió entonces serpientes que provocaron la muerte de muchos hebreos. Arrepentidos, pidieron perdón a Moisés, a quién Dios ordenó que colocase una serpiente en un asta para que cada vez que alguien fuese mordido por una de esas víboras, consiguiera la salvación simplemente mirando el animal de bronce que Moisés fabricó (Números 21:4-9).

Esta escena bíblica se representa en un espacio abierto pero no exactamente un desierto ya que encontramos árboles a los lados de la composición. Moisés, vestido con túnica, se alza en el centro señalando el asta con la serpiente, mientras algunos hebreos que han sido mordidos y se retuercen en el suelo buscan la mirada de la serpiente de bronce.

Esta pintura y sus compañeras de serie fueron publicadas por Gudiol y se conocen tan solo a través de fotografías, lo que dificulta su correcta atribución. La simplificación en las formas y los efectos de la pincelada no son opuestos a la técnica de Goya, si bien también sugieren que pudieran ser en realidad bocetos.

El uso del espacio libre hace pensar que se podría incluir la obra en los primeros años que Goya pasó en Madrid ya que el naturalismo del paisaje está relacionado con los fondos que aparecen en los primeros cartones para tapices.